jueves, 22 de julio de 2010

CIUDADANO KANE - A5

A lo largo de nuestra vida vemos unas cuantas películas que nos abren los ojos. A partir de esa visión sabemos que la existencia o el cine no es sólo lo que pensábamos hasta entonces. Este aspecto depende tanto de la película como del espectador concreto, pues su visión puede estar influenciada por el estado de ánimo, la edad, el momento en que la ve, etc. En lo que a mí respecta algunas de las películas que han influido en mi visión del cine o de la vida son: El eclipse (M. Antonioni me enseñó que las películas no siempre cuentan una historia), El sargento negro (viendo al gran J. Ford supe, a muy corta edad, que los negros pueden ser héroes y que detrás de una película había un director), Pierrot el loco (Godard enseña que el cine puede ser él mismo, sus rasgos de talento o las impertinencias que se le ocurran)… Ciudadano Kane es una de ellas.

El comienzo es extraordinario, una metáfora de la película y del espectáculo de la vida. Se nos muestra en primer plano un cartel que dice “No pasar”, luego la cámara realiza una panorámica vertical hacia arriba y nos muestra unas rejas, algo que hurta a la mirada exterior lo que vemos a continuación, después de varias transparencias y fundidos: Xanadú, un palacio en lo alto de una colina, un palacio riquísimo y misterioso, fantasmagórico, el lugar al que se ha retirado Charles Foster Kane. Luego la cámara nos lleva al interior, donde Kane exhala el último suspiro, después de que de sus manos resbale una bola de cristal y sus labios digan, en un primerísimo plano, la última palabra: “Rosebud”.

Puesto que Kane ha sido alguien relevante, un documental da la noticia de su muerte y nos habla de algunos aspectos de su vida. Ahora la película transcurre por la escueta vía de los noticiarios. Nos enteramos entonces de que Kane ha sido uno de los hombres más ricos y poderosos de Norteamérica; poseyó 37 periódicos, 1 red de radiodifusión, cadenas de tiendas, factorías, líneas de navegación... Nos enteramos entonces de que unos piensan que ha sido un comunista mientras que otros piensan que ha sido un fascista, que unos lo creen un norteamericano modélico mientras otros piensan que es un antipatriota. Nos enteramos entonces de que Xanadú es, después de las pirámides, el monumento más costoso que alguien ha construido para sí mismo.

El editor del documental no está contento con el resultado y le encarga a Jerry Thompson, un reportero, que averigüe qué significa “Rosebud”. Se trataría, no de saber qué hizo Kane, qué se propuso o qué consiguió, sino de averiguar quién fue realmente.

Thompson, que a partir de entonces será el narrador, interroga a los que mejor conocieron a Kane. Le pregunta a Kane mismo a través de las declaraciones que hizo en vida, a Walter Parks Thatcher, el hombre de Wall Street que le administró la mina, el origen de la fortuna de Kane, hasta que éste cumplió 21 años. Thompson entrevista a Berstein, administrador general de los bienes de Kane en su buena época, a Jedediah Leland, su mejor, su único amigo, si es que de Kane cabe hablar así. Thompson entrevista a Susan Alexander, la segunda esposa de Kane, a la que se empeñó en convertir en soprano y para la que construyó un teatro de ópera y tal vez Xanadú, pero que ahora, en el momento de la entrevista, vive en un tugurio. Entrevista, finalmente, al mayordomo de Kane en Xanadú, el cual le asegura que puede decirle qué es “Rosebud”.

A través de esos relatos, Orson Welles (y el coguionista Herman Mankiewicz) van reconstruyendo el puzle de una vida. Con los restos o con los destellos, con lo que queda de una existencia, se va tejiendo una maraña dinámica, desquiciante, misteriosa y absurda. Nos enteramos de que lo abandonaron su madre, porque lo quiso alejar de casa para que fuera alguien, y Emily Monroe, su primera esposa, sobrina de un presidente; y de que él fue dejando en el camino a Thatcher, a Berstein, a Leland... Así nos vamos enterando de que finalmente lo abandona Susan Alexander, el amor de su vida, para la que construyó Xanadú, y que ésta lo abandona porque tal vez no fue el amor sino el egoísmo de su vida. Conocemos las grandezas, los caprichos, las nimiedades, las terribles equivocaciones de Kane, pero... Las preguntas siguen en el aire: ¿qué es “Rosebud”? ¿quién fue Kane realmente?

Al final sabremos que “Rosebud” es el trineo con el Kane jugaba cuando era niño, pero... Cuando pronuncia la última palabra, ¿sólo se refiere a un juguete o, por el contrario, se refiere a algo que remite al paso tiempo? ¿Representa lo que perdió, a lo largo de la vida, un ser que tuvo todo lo que se puede comprar con dólares?

No sabremos cuál es la esencia del ciudadano Kane, como no sabemos de qué exacta materia está hecha la personalidad de un ser humano; nadie conoce a alguien como no sea a sí mismo, y eso después de proponérselo y no sin dificultades. Lo que sí sabremos, después de ver la película, es que ésta es extraordinaria, que habla del misterio y de la complejidad de la existencia, de sus farsas y sus espectáculos, y de las dificultades de la explicación o la búsqueda. El ataque a la narración es original, la invención visual es constante, la disposición de los planos o la estructura no se parece a nada que se hubiera hecho antes. Ciudadano Kane no está hecha según unas reglas, está inventada, creada en cada instante.

El final, parecido al comienzo, es igualmente extraordinario, y puede que sea también una metáfora de la existencia. En el horno del palacio están quemando muchas de las pertenencias de Kane, un hombre al que le gustaba coleccionar de todo. Entre lo que se quema está “Rosebud”. Un plano nos muestra el humo que sale por la chimenea del palacio. Un movimiento vertical hacia abajo nos deja frente al enigmático “No pasar” del principio. Un fundido y una transparencia nos hacen ver, de nuevo, a lo lejos, sobre la colina, arriba, misterioso y absurdo, Xanadú, un símbolo del poder y del capricho de alguien que pudo ser un gran hombre pero que no lo fue, y que finalmente se ha convertido en humo, en polvo, en nada.

1 comentario:

  1. El análisis, comentario, reflexión sobre esta película es tan bueno como la película. Lo felicito.

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